Leímos las cartas que los asistentes enviaron a muy diferentes destinatarios.
En esta ocasión nos atrevimos a darle vida, nombre y apellidos a un sombrero y a un tubo(de pintura, dentífrico...)
Todavía tuvimos tiempo para conocer a dos de los dioses más importantes del Olimpo: Poseidón/Neptuno y Hades/Plutón.
Mediante la presentación recreamos el mito de Démeter/Ceres y de su hija Perséfone/Proserpina, que tiene que ver con el cambio de las estaciones.
Proserpina. Rossetti 1872. |
Un regalo para el espíritu nunca viene mal, por eso os regalo unos versos de Angel Gonzalez:
ResponderEliminarCUMPLEAÑOS
Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.
Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!
Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.
Ángel González
ME BASTA ASÍ
Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
—de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso—;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando —luego— callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta).
Ángel González
Hola de nuevo, estoy comenzando a leer :
ResponderEliminar"El guardián entre el centeno" de Salinger, me está gustando mucho, si lo conoceis me gustaría conocer vuestra opinión.
Son bonitas, pero prefiero las tuyas, una porque son más modernas, dos porque te conozco y tres porque sientes el doble. Por lo menos a mí me llegan más. ¡Andele muchacha escriba de lo suyo no más!!!!. Un largo y cálido abrazo. Mariblanki
ResponderEliminarSuscribo totalmente las palabras de MariBlanki, dale Marisa, colgá las tuyas que son más lindas. Un abrazo
ResponderEliminarMarita